La escena no pudo ser menos dantesca. Cuatro cadáveres estaban regados en distintas partes de una casa del barrio El Valle, en la Villa del Rosario. Un hermano de Adriana Acosta Garcés (30) la encontró muerta junto a sus primos (de 17 y 18 años) y a un amigo de ella.
El múltiple crimen ocurrió en la calle Santa Teresa. “Hay sospechas que recaen sobre la expareja de Adriana, de apellido Guillén, con quien había sostenido una acalorada discusión el lunes en la noche”, dijeron efectivos policiales en el sitio. La amenaza que recibió Adriana Acosta —vía mensaje de texto, en su celular—, el pasado 17 de abril, se concretó. “Celebra tu último cumpleaños”, escribieron.
“Ella ignoró el mensaje. Apenas lo mostró a alguien, pero no le dio importancia”, recordó una pariente.
Comisiones del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) llegaron desde Maracaibo. “Guillén llegó a buscar a la hija de ambos, de seis años, y se la llevó a la fuerza. Hubo insultos y amenazas”, dijeron familiares de Adriana.
La policía investiga la versión de la amenaza que recibió en el celular. “Se analiza su entorno, no vamos a descartar nada ni a adelantar sobre cuál es el móvil que cobra más fuerza”, informaron efectivos.
Un hermano de la mujer pasó por la casa, este martes en la mañana muy temprano. Vio que un portón estaba abierto y que no estaba el carro de ella, un Ford Ka. Logró entrar a la vivienda y halló los cadáveres.
“Todos los cuerpos estaban en el cuarto de Adriana. Ella tenía un disparo en el abdomen y una cortada en el cuello. Los primos, Daliel y Elvis Acosta, fueron maniatados y degollados. A Elvis, además, le dieron un disparo en la cabeza”, aseguraron fuentes del Cicpc.
“Todos los cuerpos estaban en el cuarto de Adriana. Ella tenía un disparo en el abdomen y una cortada en el cuello. Los primos, Daliel y Elvis Acosta, fueron maniatados y degollados. A Elvis, además, le dieron un disparo en la cabeza”, aseguraron fuentes del Cicpc.
La cuarta víctima es un amigo de la familia, Francisco Toro, apodado ‘El Cachaco’, de nacionalidad colombiana. “Al parecer, Toro y Adriana tenían una relación. Él era comerciante, había alquilado un local cerca de la casa donde ocurrió el homicidio”, dijeron.
Habían salido juntos, la semana pasada. “Él iba a comprarle el carro de ella, el Ford Ka. Estaban haciendo los trámites. Adriana quería irse a Colombia, pero el papá de la niña no le firmaba la autorización”, indicaron allegados.
“La expareja no se ha presentado ante la familia ni ante la policía. Tampoco aparece la hija de Adriana”, comentaron los policías.
Los homicidas huyeron en el Ford Ka. “Lo dejaron abandonado en el sector Juan Gil, también en la Villa del Rosario”, agregaron.
“Fue lo único que sustrajeron de la casa, por lo que la tesis de robo pierde fuerza”, informaron detectives.
Adriana dejó dos hijos. Uno de 12 años, de una primera relación, y la pequeña de seis. El cuádruple homicidio impactó en la Villa del Rosario. La comunidad entera de El Valle salió a ver las operaciones policiales.
Adriana dejó dos hijos. Uno de 12 años, de una primera relación, y la pequeña de seis. El cuádruple homicidio impactó en la Villa del Rosario. La comunidad entera de El Valle salió a ver las operaciones policiales.
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