Uno de los cinco cadáveres ingresados a la morgue de viernes a sábado era el de Ronaldo Jesús Ojeda Torres, de 32 años, un enfermo mental que vivía en situación de calle y lo ajusticiaron en el sector La Chivera de la Cota 905, tras haber sido acusado de robo y violación.
Su hermana Yurlinda Ojeda acudió a la medicatura a reclamar el cuerpo y aclaró que se trató de una confusión porque después de verlo muerto los vecinos negaron que Ojeda hubiera cometido delito alguno.
El hombre vivía en Ciudad Bolívar, estaba en tratamiento en el hospital psiquiátrico de la ciudad, y hace tres meses se vino huyendo. Para que no lo controlaran dormía debajo de uno de los puentes de la autopista Francisco Fajardo, en sentido a Caricuao. Cuando tenía hambre ó necesitaba algo iba a la Cota 905 donde residía su abuela, pero la señora se mudó recientemente al sector El Nazareno de la misma Cota.
Yurlinda asegura que su hermano era indigente pero nunca cometió delitos, y “no se merecía lo que le hicieron”. Le dieron una golpiza y después le prendieron fuego.
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