Esta tortura no se la deseo a nadie»: mujer fue brutalmente golpeada tras no poder pagar vacuna en la frontera

 

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Carolina AH, o @Carolin12142375, como está registrada en Twitter, denunció este sábado el abuso y agresión que recibió de unos presuntos funcionarios de la Guardia Nacional (GN) en la frontera del estado Táchira por no tener dinero para poder pasar.

Mediante su cuenta de Twitter, adjunto unas cuantas fotos de lesiones, hematomas y golpes que fueron el resultado de enfrentarse a un GN que consideró que ella lo estaba «ofendiendo». Esto de acuerdo a sus denuncias.

«Solo le pido a Dios que no me deje sola, que estoy que no lucho más. Estoy que me rindo», con esas preocupantes palabras comienza Carolina su hilo.

Aclaró que no era víctima de violencia doméstica, sino del gobierno de la revolución chavista.

Carolina relató que vive en Ureña, capital del municipio Pedro María Ureña, en el estado Táchira, frontera con Cúcuta, Colombia, donde ella trabaja en un restaurante.

Todos los días Carolina tiene que ir a Cúcuta porque allí consigue «un poco» de mejores oportunidades laborales. Sin embargo, diario tiene que pasar por trocha para poder llegar a su lugar de trabajo, y deja la mitad del sueldo solo pagando «vacuna» para transitar por la frontera.

Ella precisó que 6.000 pesos (alrededor de 3.000.000 millones de bolívares) cobran algunos funcionarios para dejar transitar a las personas, pero la cantidad varía.

En ese sentido, comentó que este viernes pasó nuevamente por la trocha para ir a trabajar, la cual estaba muy sola pro iba con un grupo de mujeres que ella no conocía. Les extrañó la soledad, puesto que normalmente tienen más volumen de personas.

No obstante, continuaron, por la necesidad de trabajar y llegar con dinero a sus casas. Carolina resaltó que, a mitad de camino, llegó una comisión de Guardias Nacionales que no las dejaron continuar si no les pagaban a cambio.

Ofendida porque solo gana sueldo mínimo colombiano, Carolina discutió con los funcionarios, pero le salió mucho más caro.

Los organismos de seguridad inmediatamente la atacaron y agredieron, tanto física como mentalmente.

«Esta tortura no se la deseo a nadie. Ni siquiera merecen llamarse hombres y mucho menos tener un uniforme de esos que supuestamente defienden a un pueblo. ¡Maten delincuentes! las mujeres y cualquier persona honesta se respeta», denunció.

Ante esto, la diputada electa en la Asamblea Nacional (AN) de 2015, Delsa Solórzano, se solidarizó con la venezolana y le ofreció ayuda.

«Las mujeres venezolanas jamás nos rendimos, jamás dejamos de luchar. Mi equipo y yo vamos a ayudarte a denunciar. Quien te hizo eso cometió un delito y no debe quedar impune», dijo.


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