Tres policías de Veracruz, detenidos por matar a tiros a una madre y a su hijo
"No disparen, llevo niños", gritó desesperada Axaharim López, de 34 años. Unos segundos más tarde, una de las balas de la Policía Municipal de Veracruz
le atravesó la cabeza y murió en el acto. La noche del lunes Francisco
Sarro, sus tres hijos y su mujer venían de una feria de caballos en
Puebla. Su camioneta, según cuenta la fiscalía, se parecía mucho a la
que andaban buscando los agentes. Alrededor de las once de la noche, dos
patrullas les cerraron el paso y descargaron 25 disparos sin previo
aviso que acabaron con la vida de López y de su hijo mayor, Ricardo, de
18 años. "Probablemente fue un error, los confundieron", fue la única
explicación que le dieron las autoridades a la familia. Pese a que los
hechos ocurrieron hace cinco días, ha sido este jueves cuando se han
decretado las órdenes de captura. Poco después, la fiscalía ha informado
de que hay tres detenidos. Se les acusa de homicidio calificado e
intento de homicidio, referido al coche que realmente estaban
persiguiendo. Según el testimonio del padre, eran por lo menos seis
policías los que dispararon. Comenzaron a tirotear la camioneta de los Sarro desde lejos.
Asustados, aparcaron su coche a la orilla de la carretera. Según sus
declaraciones, los agentes no dejaron de agujerear el vehículo. "Sonaban
tres, cuatro balazos, paraban y volvían a cargar. Yo les decía a mis
hijos que se agacharan", recuerda el padre al reportero local Miguel
Ángel León en el funeral de su esposa y su primogénito. "Todos estábamos
agachados, pero mi mujer se enderezó y pidió que se detuvieran por los
niños. Fue lo último que alcanzó a hablar. Ahí me la mataron", cuenta
Sarro.
Entierro de la madre y el hijo de los Sarro en Veracruz. Sergio Hdz. Vega
Las autoridades no han querido dar más detalles de lo sucedido. Los
testimonios de la familia apuntan a que ni siquiera les dieron el alto
ni les pidieron que se bajaran del vehículo. Cuando uno de los agentes
se acercó a ellos se dio cuenta de que no eran los que andaban buscando.
Una confusión, insisten en el órgano judicial. Todos los agresores se
dieron a la fuga y dejaron grabadas en la memoria de los supervivientes
las imágenes del terror. Su hija de 15 años y su hermano pequeño de 9
intentaron mover a su madre y su hermano mayor, pero según recuerdan,
había demasiada sangre. Los Sarro son una familia de campesinos que vive en un pequeño pueblo
de escasos 500 habitantes, en el municipio de Martínez de la Torre, al
norte del Estado. Su padre se encarga de la siembra de tomate y maíz y
les ha contagiado a todos su afición por la charrería, la monta de caballos típica mexicana. El lunes fue la última vez que disfrutaron juntos de la tradición familiar. La fiscalía no ha querido explicar a este diario por qué los agentes
dispararon sin previo aviso a la camioneta, fueran los Sarro o a quienes
andaban buscando. Veracruz se ha convertido en los últimos años en una tierra violenta,
donde la sombra de la corrupción policial y la impunidad se hace cada
vez más grande. El 11 de enero de este año, un grupo de policías entregó
al narco a cinco jóvenes que aparecieron muertos poco después en Tierra Blanca (centro de Veracruz). Dos meses después, algo similar le ocurrió a tres chicos al norte, en Papantla. En ese caso fueron detenidos ocho agentes. Ni rastro de los chicos. Los Sarro pensaban que los iban a matar a todos. La fiscalía insiste
en que no "habrá impunidad", pero los vecinos recuerdan haber oído eso
antes. El organismo suma otro caso más a la lista negra de la corrupción
policial.http://internacional.elpais.com/internacional/2016/06/17/mexico/1466122242_723405.html
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