En el sistema de la policía judicial hay un expediente de la adolescente que el 6 de octubre de 2013 fue detenida para unas averiguaciones por robo. Un funcionario del Cicpc aseguró que la joven vivía en Los Magallanes de Catia y, aunque los representantes de la ONG Venezuela Diversa aseguran que el padre de la víctima, William Rodríguez, está interesado en denunciar el homicidio de su hija, para que se haga justicia, no fue posible contactarlo antes del cierre de esta investigación.
Sin embargo, se constató que en el sector popular viven y
trabajan varias personas de la comunidad LGBT, incluso, algunos vecinos
lamentaron el crimen de una transexual muy popular: “Marimar”, quien fue
asesinada a tiros el 16 de agosto de 2015 en la Avenida Libertador
junto con otra compañera que era conocida como “Vanessa”. Ambas víctimas
eran mayores de edad. Sus casos no fueron reseñados en prensa y sus
nombres legales se desconocen.
“Las mujeres trans, principalmente las adolescentes, tienden a ser víctima de expulsión del seno familiar cuando sus representantes tienen dificultad para entender la situación que ellas están afrontando internamente y todo el proceso de transformación al que ellas quieren someterse para adecuar sus cuerpos. En ese momento ellas tienden a buscar el apoyo que no tienen de sus padres y en definitivamente, se van a la calle y tienden a reunirse en lugares de encuentro con personas de la comunidad LGBT y allí son captadas por personas que trabajan en la Avenida Libertador”, explica Matheus.
Wendell Oviedo, subdirector de la ONG Venezuela Diversa, advierte que la organización ha denunciado en el Consejo de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes del Municipio Libertador que hay menores de edad que son explotadas sexualmente en la Avenida Libertador.
“Aunque haya la denuncia y exista el conocimiento del caso en instancias como ésta, la respuesta que nos dan es que no pueden hacer nada porque no tienen en dónde tener las adolescentes trans. Nos explican que no pueden compartir con hombres porque su apariencia es de mujer y no las pueden meter con mujeres porque biológicamente son hombres. Esa es la respuesta del Estado frente a este tipo de casos”, precisa Oviedo.
“Jessica” es una de las adolescentes que actualmente ejerce el trabajo sexual en la avenida Libertador. Usa peluca y rellenos en los pechos. Como la mayoría de las adolescentes que han sido consultadas, está acostumbrada a mentir. De entrada dice que tiene 20 años, pero cuando entra en confianza revela que tiene 17 años de edad.
“A los 15 años me fui de mi casa, en Valencia, y ahora vivo con varias amigas en una pensión. El dinero no nos alcanza para nada porque todos los días tenemos que pagar nuestra comida y la habitación. Aunque el servicio lo cobramos en 3.000 bolívares (U$ 3 para abril de 2016) y semanalmente debemos pagar 1.500 de vacuna (U$ 1.5), nuestras ganancias son cuestión de suerte porque a veces no ganamos nada, como en otras oportunidades salimos beneficiados como un día que un cliente extranjero me dio 1.000 dólares”, cuenta la joven.
Durante la investigación, que inició en enero de 2013, se contactaron a instituciones especializadas en la defensa de Niños, Niñas y Adolescentes como Unicef, Cecodap e incluso los Consejos de Protección de los municipios Libertador y Chacao, pero ninguna de las organizaciones tiene documentados casos o denuncias de adolescentes transexuales que sean explotadas sexualmente. Sólo se encontró un estudio que realizó la alcaldía de Chacao en 2006 en el que se detalla que para esa fecha había adolescentes niñas y jóvenes varones que eran explotados en ese municipio por redes de prostitución.
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