El sorprendente caso del asesino celestial sector la Yuca Valencia Carabobo

El sorprendente caso del asesino celestial (2361759)Cuando eliminas toda solución lógica a un problema, lo ilógico aunque imposible es invariablemente lo cierto . Sherlock Holmes.

La brumosa mañana del domingo 12 de agosto de 2012, ocurrió un extraño crimen. A un hombre le volaron la cabeza dentro de su propio rancho ubicado en las invasiones La Yuca , al extremo sur de Valencia, estado Carabobo.

La víctima, Horacio Martínez (32), tenía entrada y salida de proyectil que le arrancó parte de la cabeza. En la escena del crimen había sesos; huesos; trozos de cerebro; cabellos y abundante sangre.

Los vecinos de esa deprimida comunidad no dudaron en acusar al presunto asesino. Dijeron que vieron entrar en el rancho de Horacio al pastor evangélico Martín Duarte. Él era el único que se atrevía a semejante cosa, pues todos sabían que Horacio era un peligroso homicida. Pero aun así, el insistente pastor lo molestaba día y noche intentando evangelizarlo.

El mismo Horacio le advirtió al pastor que no lo molestara más o lo iba a dejar pagao de la sartén, pa que fuera serio y dejara el fastidio . Aun así, el tenaz hombre de Dios no le paró y siguió diciéndole a Horacio que si no se arrepentía, Dios podría mandarle un castigo del cielo por todo el mal que había hecho en su vida y que su alma se iba a ir derechito a la quinta paila del infierno.

La mañana del crimen, el pastor fue a invitarlo nuevamente al culto de la naciente congregación de la zona. Eran como las 8:00 de la mañana y muchas personas vieron al pastor entrar en el destartalado rancho de Horacio, cuya puerta de lata y madera siempre estaba abierta. Muchos de los vecinos apostaban a que un día de éstos, Horacio se iba a cansar de las idioteces del evangélico y lo iba a explotar a tiros .

Lo que pasó a continuación fue tan sorprendente que los vecinos quedaron con la boca abierta. Se escuchó una gran detonación en el rancho de Horacio. El pastor, con la ropa y el rostro manchados de sangre y sesos, salió a tropezones, lanzó una mirada aterrorizada hacia el techo. Intentaba correr, pero se resbalaba y caía; hasta que al fin se estabilizó y salió huyendo a toda carrera gritando como un loco. Cuando los curiosos vecinos entraron en el rancho, vieron aterrorizados el cadáver de Horacio con media cabeza convertida en un amasijo sanguinolento.



El proyectil entró

por la parte alta de la cabeza

Los agentes para casos especiales de la Policía Científica Carlos Salinas y Mario Pinto llegaron a la escena del crimen. Todo fue fotografiado; colectado y analizado de forma preliminar. Los vecinos soltaron un chaparrón de acusaciones contra el pastor prófugo. ¿Quién lo diría?, seguro que como no pudo convertirlo, lo asesinó , dijeron.

Cuando se llevaron el cadáver, los investigadores fueron al laboratorio. Agrandaron las fotos y con procedimientos digitales, las estudiaron con detenimiento. Se dieron cuenta de inmediato de que el proyectil había entrado por la parte alta de la cabeza de la víctima que estaba de espaldas a una pared de lata, mientras que su presunto asesino estaba frente a él, como lo indicaban las huellas estáticas sobre el piso de barro.

A menos que el pastor hubiera disparado una bala inteligente , que subiera y bajara en trayectoria sobre el techo (agujereado por un gran boquete) y sobre la cabeza de la víctima, no podía ser el asesino.

Además, ese agujero del techo era muy grande, y la herida causada no correspondía ni con una poderosa bala calibre .44 Magnum disparada a quemarropa. Esta bala le habría explotado la cabeza literalmente a la víctima. Pero el proyectil que lo mató lo agarró de lado, rozando, y aun así, se llevó parte de su cabeza.



Una cosa loca

El pastor fue detenido, pero estaba tan atribulado, que solo lloraba. Los agentes estaban convencidos de que no era el asesino, aunque todas las pruebas estaban en su contra. Los vecinos lo culparon sencillamente porque era lo más evidente. Y también porque sabían en el fondo que ese hombre era incapaz de vengarse aun cuando lo acusaran de frente. Pero si hubiera sido un delincuente peligroso como Horacio, no habrían visto ni escuchado nada , sencillamente se habrían hecho los locos.

Luego de agotar todas las pistas, se les vino a la mente una cosa loca . Buscaron en la página de la Fundación Centro de Investigaciones de Astronomía Francisco J. Duarte (Cida) de Mérida ¡y todo se hizo más claro! Parecía una locura, pero creían que ya tenían al asesino.

Regresaron a la escena del crimen al tercer día. Entraron. Buscaron en el suelo de tierra y& ¡ahí estaba! Un cráter de unos 10 centímetros de diámetro. Ése era el verdadero asesino. Tomaron la muestra y explicaron el caso a los sorprendidos jefes.

Del 12 al 13 de agosto, todos los años, la Tierra pasa por una zona del espacio donde hay una nube de rocas espaciales o meteoritos, dejadas por la desintegración gradual del cometa 109P/Swift-Tuttle que viene al sistema solar cada 130 años aproximadamente. Esto genera una lluvia de meteoritos conocida como las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo. Pues bien, aunque parezca una cosa loca, una de estas rocas al entrar en la atmósfera y precipitarse en caída libre, cayó en la cabeza a Horacio Martínez. El pastor no lo mató. El asesino fue un meteorito venido desde las insondables profundidades del espacio exterior .

Los investigadores pusieron la roca sobre la mesa del jefe. Era poco más grande que una metra pequeña. Mostraba su chamuscada corteza de fusión y rastros de sangre y material biológico. A este asesino que vino del espacio se le llamó Val-0001. Los análisis determinaron que en efecto era un meteorito rocoso tipo acondrita. Lo más sorprendente es que las estadísticas dicen que la posibilidad de que a uno lo mate un meteorito es de 1 entre dos billones. Aunque desde 1827 a 1992 hay casos registrados. Así que, a este tipo, ¡le tocaba, porque le tocaba!





Caso resuelto. 

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 http://www.notitarde.com/miercoles-criminal/El-sorprendente-caso-del-asesino-celestial-2361759/2015/03/03/493022/

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