Los valencianos no dan propianas
¡En extinción! Pocos negocios con el cochino de las propinas
Notitarde.- Pocos negocios en Valencia tienen actualmente el tradicional cochinito de las propinas. El mismo está en extinción ya que las ventas han estado muy bajas durante el año.
Los dueños de algunos comercios afirmaron que el cochino, ahorita muchos lo consideran hasta una ofensa. En otros “diciembres” el tradicional cochino lo encontrabas en todas partes. Estacionamientos, panaderías, areperas, líneas de taxis y hasta los parqueros estaban con su cochino.
Este año el mismo ha estado ausente, y los pocos que lo tienen, dicen que el mismo por dentro no tiene mucho.
La crisis pasada afectó
Para muchos la crisis del efectivo que se vivió fuerte en el diciembre del 2017 afectó mucho para colocar el cochino. Desde allí muchos de los dueños de los negocios prefirieron no colocarlo y este año pensaron igual.
La crisis del efectivo, como también la crisis del bolsillo, influyó para que el mismo este año no fuera protagonista. Gina Hernández resaltó a WebNotitarde que este año las personas han estado muy reacias a colaborar con el “cochinito”.
“Este año ha sido duro, lo colocamos por ser una panadería, y las personas no lo ven bien”, dijo. Comentó que en otros años el cochino estaba full por estos días, pero este 2018 la crisis también le pegó al personaje de plástico.
Pocos dan propinas
Luis Sifontes por su parte dijo que pocas personas están dando propinas, que mucha gente no colabora como antes. “Este año ha sido difícil por las ventas, tenemos el cochino en el estacionamiento, pero pocos son las personas que lo llenan”.
El cochino era una fuente extra para todo el grupo, generalmente en los negocios se colocaba y se abría a final de año. El monto lo repartían en una cantidad igual para todos.
“Hubo muy buenas épocas con el cochino, a veces las personas colaboraban todas las semanas, ahora no”, dijo Ever Guerra.
Guerra regente de una panadería explicó que era divertido, dar las gracias a la gente y hasta para eso hay apatía. “Ahora hasta da sentimiento dar las gracias como hacíamos, hay apatía”.
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