diciembre 29, 2015 - 4:20 pm
A juicio del entorno más allegado a la
muchacha graduada como TSU en Informática, cuyo cadáver fue localizado
el pasado sábado, decapitado y casi desmembrado por su pareja, en una
apartamento de Colón, municipio Ayacucho, “ese hombre la golpeaba,
celaba y la maltratada, pero Jessica no lo quería dejar, por amor,
estaba muy enamorada de él”.
Dijeron algunos de los que este lunes en
la mañana se hallaban en la morgue del Hospital Central para acompañar
en este duro momento a la madre de Jessica Raquel Durán Pérez, de 26
años de edad, que el sujeto, con el que tenía un año de relación
sentimental y más o menos tres meses de convivencia, además de los
maltratos a los que la sometía, también procuraba aislarla de su
familia y de sus amigos, para hacerla más dependiente de él.
“No le permitía salir con sus amigos, no
la dejaba usar faldas cortas, la limitaba muchísimo. Incluso este 24 de
diciembre, ella lo pasó sola, porque él se fue. Y aunque ella a veces
decía sentirse triste por todo eso, también aseguraba que estaba muy
feliz con él”, refirió una amiga.
Jessica, egresada del Instituto
Universitario de Tecnología, IUT, trabajaba en el área administrativa
del hospital clínico La Trinidad, en Colón. Estaba divorciada de su
anterior pareja, con quien procreó un niño que ahora tiene cinco años
de edad.
“Ese niño era su adoración, todo lo que
trabajaba era para él. Lo amaba. Y estaba viviendo con ella y ese
hombre en el apartamento en el que la mataron. Afortunadamente, cuando
pasó esta tragedia, el niño no estaba ahí, la mamá de ella se lo había
llevado desde hace varios días para Maracay. Gracias a Dios, porque de
no ser así, a lo mejor también lo hubiera matado a él”, comentó otra
dama.
Dicen sus amigos que aún están en shock
por la terrible noticia. “Nos enteramos el domingo por las redes
sociales. Solo que decían que la víctima era una enfermera, y Jessica no
lo era, así que al principio no le prestamos atención a la
información, pero poco a poco se fueron aclarando las cosas y nos
confirmaron que sí era ella. Así que inmediatamente tuvimos que
avisarle a su mamá, que se encontraba en Maracay por un problema de
salud de otra de sus hijas. Jessica era la menor”, narraron varias
amigas de la víctima.
Aseguran que, pese a que el autor del
homicidio labora como obrero para un tío, su familia es propietaria de
importantes fincas de la zona norte del estado, y es pudiente; sin
embargo, “era Jessica quien prácticamente se encargaba de pagar todo.
Para lo único que servía él, era para celarla y prohibirle cosas. Y mire
cómo le pagó. Al parecer, él era un matarife (persona que tiene por
oficio matar y descuartizar el ganado destinado al consumo), y eso
seguramente le facilitó hacerle lo que le hizo. Eso no tiene nombre”.
Sobre la situación que el sábado
-posiblemente en la madrugada- ocurrió entre Jessica y G. J. Mejía, de
25 años de edad, como ha sido identificado el autor del crimen, aún no
hay nada oficial. Se cree que fue en medio de una acalorada riña entre
ambos, o porque la chica tal vez le asomó la posibilidad de acabar con
la relación. Esto es investigado por los detectives del Cuerpo de
Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, Cicpc,
subdelegación La Fría.
Se desconoce qué detonó la ira en el hombre
Lo cierto es que en horas de la noche
del mismo sábado, el padre de este hombre recibió de él un mensaje de
texto en el que le indicaba que había matado a Jessica y que su cuerpo
lo metió en la nevera. No se sabe con certeza a qué hora perpetró el
crimen, ni cuánto tiempo estuvo tratando de descuartizarla.
El padre no tuvo otra opción que acudir
ante las autoridades. Con la escalofriante confesión de su hijo, se
A juicio del entorno más allegado a la
muchacha graduada como TSU en Informática, cuyo cadáver fue localizado
el pasado sábado, decapitado y casi desmembrado por su pareja, en una
apartamento de Colón, municipio
Ayacucho, “ese hombre la golpeaba, celaba y la maltratada, pero Jessica
no lo quería dejar, por amor, estaba muy enamorada de él”.
Dijeron algunos de los que este lunes en la mañana se hallaban en la morgue del Hospital Central para acompañar en este duro momento a la madre de Jessica Raquel Durán Pérez, de 26 años
de edad, que el sujeto, con el que tenía un año de relación sentimental
y más o menos tres meses de convivencia, además de los maltratos a los
que la sometía, también procuraba aislarla de su familia y de sus
amigos, para hacerla más dependiente de él.
dirigió a la Estación Policial de Politáchira, en Colón, de donde salió
una comisión con destino al primer piso del edificio Vianneiky
Valentina, apartamento E1-04, en la carrera 2 esquina con calle 5 del
barrio Las Flores, Colón.
Una vez hicieron el hallazgo, el
procedimiento fue tomado por el Cicpc, que con ayuda del Cuerpo de
Bomberos de Colón extrajo y trasladó el cadáver de Jessica a la morgue.
Se dijo que la muerte fue provocada por
las múltiples cortaduras que sufrió, sobre todo en el área de los
glúteos y genitales. Luego la habría decapitado y tratado de
desmembrarla, pero esto último solo logró hacerlo de manera parcial. El
cuchillo que utilizó fue hallado en el baño del apartamento.
Se ignora qué llevó a este hombre a
hacer lo que hizo, y qué le impidió terminar lo que con verdadera sangre
fría inició. Solo se sabe que antes de huir del apartamento,
presuntamente cargando dos maletas, simplemente se limitó a avisarle a
su padre de lo que había hecho. Aún se desconoce su paradero, se dijo
que pudo haber huido a Colombia o se encuentra escondido en alguna finca
de la zona norte del estado.
Emitieron la orden de captura contra autor material del hecho
A solicitud de la Fiscalía 27ª del
Ministerio Público, a cargo de Sami Hamdan Suleiman, instancia que
coordina las investigaciones en el homicidio de Jessica Durán, el
Tribunal Segundo en Funciones de Control de Violencia Contra la Mujer
emanó una orden de aprehensión contra J. Mejías, señalado de ser el
autor material del hecho, a quien le imputarían el delito de femicidio
agravado.
Se dijo que todos los organismos de
seguridad se encuentran activados en búsqueda de este hombre, en tanto
que la Fiscalía y el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas, Cicpc, se encargan de analizar las evidencias
colectadas en la escena del crimen.
Por otra parte, pese a lo que declararon
allegados a la víctima sobre el presunto maltrato que recibía de
Mejías, se pudo conocer que las autoridades manejan que durante el
tiempo que Jessica y su presunto asesino estuvieron conviviendo habrían
mostrado, ante ojos de terceros, ser una pareja feliz, sin problemas
aparentes, y tampoco existe denuncia o registro que alguno de los dos
haya hecho ante las autoridades, por una posible agresión por parte del
otro.
En este sentido, para los investigadores
y la Fiscalía existen dos vertientes, que tratarán de descartar o
confirmar apenas capturen al hombre. Estas se basan en una de orden
mental y la otra, pasional.
Es decir, deberán establecer si fue una
situación irregular de momento surgida entre ambos, de índole pasional,
o en su defecto (la otra posibilidad) que el agresor sufrió un
desorden mental y cometió el crimen, al considerar que hace ocho años,
dice su familia, tuvo un accidente que le causó una herida en la cabeza,
que le ameritó 40 puntos de sutura, y que desde ese momento “no quedó
normal”.
http://noticiaaldia.com/2015/12/caso-de-la-mujer-decapitada-en-tachira-ese-hombre-golpeaba-celaba-y-maltrataba-a-jessica-pero-ella-no-lo-dejaba-por-amor/
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