Los cuerpos de Mari Rosales (madre) y de Aracelis Hernández (abuela) quedaron ensangrentados en la sala del apartamento ubicado en la calle 10, bloque 8 de Propatria, parroquia Sucre.
Según versión del familiar el chamo estaba estudiando para un examen que tenía este Miércoles, “luego se fue a dormir y a las 3:00 am se despertó alterado llamando a su abuela”.
El presunto victimario agarró
un cuchillo de cocina y sin motivo aparente asestó varias puñaladas en
los cuerpos de las mujeres.
Su abuelo Marcos Tovar lo agarró por la espalda para detenerlo
mientras que la hermana salió a pedir auxilio a los vecinos. Ambos
resultaron heridos.
El pariente aseguró que su sobrino “no andaba en malos pasos, no consumía drogas ni tenía problemas con nadie. Muchos de los vecinos lo conocen”.Pintor. El señalado de cometer el doble crimen estaba estudiando bachillerato, practicaba baloncesto en la zona y en sus ratos libres se dedicaba a la pintura.
Una comisión del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) se llevó al muchacho. Al salir agachó la cabeza y pidió a la familia que esperaba afuera: “No me dejen solo, no me dejen solo por favor”.
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