Un adolescente, de 14 años, fue el primero en ver el cuerpo envuelto en sábanas sucias a la 1:30 de la tarde. El muchacho salió corriendo, como si hubiese visto un fantasma, en una película de terror, pero a los pocos minutos regresó con varios amiguitos a detallar el cadáver; hasta lo movieron con un palo.
El joven vio al hombre muerto, cuando buscaba una palma para hacer una petaca y volarla durante toda la tarde.
Le avisó a su tía del “muerto de la cañada” y la mujer le dijo a su vecina y esta le contó a un familiar y así fue corriendo la noticia rápida en la invasión.
Como hormigas, uno a uno, los vecinos fueron llegando a la cañada a averiguar sobre el homicidio.
Unos le tomaban fotos y otros más osados hasta levantaban la sábana para ver la cara.
Nadie lo reconoció. “Ese no era del barrio”, se les escuchó decir a varios residentes wayuu.
Nadie lo reconoció. “Ese no era del barrio”, se les escuchó decir a varios residentes wayuu.
El hombre asesinado estaba amarrado de manos y piernas con un mecate deshilachado y en su boca tenía un trapo que alguna vez fue de color rojo.
Quedó boca arriba con los ojos abiertos. Los zapatos llenos de arena estaban a su lado.
Frente a la escena del crimen solo hay una vivienda, un pequeño rancho de latas de zinc donde vive una familia. El lugar es un callejón de trilla. Los dueños de la casa aseguraron no haber escuchado balazos. Comentaron que es la primera vez, en diez años que tiene la invasión, que ven un carro pasar por la vía. Les asombró observar la patrulla policial que transitó por el barrio.
Los detectives del Cicpc fueron notificados a las 4:30 de la tarde del hallazgo. Sin embargo, llegaron a las 7:00 de la noche al lugar. La zona es difícil acceso y la dirección, difícil de precisar.
Los funcionarios de la policía científica presumen que el crimen tiene cómo móvil la venganza. Creen que al hombre le dieron muerte en otro sitio y lo llevaron hasta la cañada para abandonarlo por la soledad que caracteriza al lugar. “Fue el sitio de liberación”, dijeron los detectives.
Mientras los funcionarios del Cicpc-Zulia tardaban en levantar el cadáver. Los niños del barrio jugaban alrededor del cuerpo.
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