Una pequeña de siete años de edad falleció este miércoles, tras
presentar un cuadro de vómito crónico. Al parecer, lo que la llevó a la
muerte era que desde hace meses atrás el Instituto Nacional de
Nutrición, sede estado Lara, le habían diagnosticado una desnutrición
severa, por lo que los vómitos la descompensaron de manera inmediata.Familiares de la pequeña, quienes se encontraban la mañana de ayer en las afueras de la morgue del Hcuamp, comentaron que la niña, quien presentaba microcefalia desde su nacimiento, pasó toda la madrugada de este martes vomitando, por lo que la madre de la pequeña apenas amaneció ese día la llevó hasta el ambulatorio de Santos Luzardo para que la evaluaran. Allí le mandaron su tratamiento y se la llevaron hasta la casa de sus abuelos, ubicada en la calle Bolívar con calle Lara, del barrio Brisas del Norte II, en El Trompillo, al norte de Barquisimeto, donde murió.“La niña se descompensó muy rápido, quizás por la desnutrición que tenía, además de su condición. Nosotros estábamos solicitando un informe médico de ella para ver si conseguíamos una ayuda para su alimentación, ya que es una familia que está en pobreza extrema”, comentó Elizabeth Morillo, tía de la pequeña, quien agregó que en el informe de la autopsia reveló que la niña murió de una parálisis cerebral infantil. No comía bien

Tías de la infante aseguraron que con la situación económica por la que atraviesa el país, esta familia la estaba pasando muy mal, la madre de la niña, quien también presenta una condición de retraso psicomotor, no trabajaba y está al cuidado de tres hijos, una adolescente de 15 años, la pequeña de 7 años y un varón de 1 añito, por lo que es su esposo el único sostén de hogar. El hombre trabaja como vigilante en una empresa privada, donde no le pagan el bono de alimentación, por lo que tiene que hacer “milagros” para poder rendir el dinero y así alimentar a su familia.
Luego de que le diagnosticaran la desnutrición a la niña, su familia la estaba alimentando con sopas de auyama y caldos de pata de gallina, pero estaba muy débil.
La infante vivía con su familia en una casa de barro, ubicada en la calle 6 de Brisas del Norte, vecinos del sector lamentaron su muerte y comentaron que quizás si la niña hubiese tenido una mejor alimentación no hubiese fallecido de esa manera tan repentina


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