Así cambian las venezolanas su cabello por comida en Cúcuta

Así cambian las venezolanas su cabello por comida en CúcutaNotitarde.- 



La mafia del cabello despliega a todos sus arrastradores a lo largo del puente internacional Simón Bolívar.

Desde allí y frente a la Guardia Nacional Bolivariana intentan captar a sus potenciales víctimas. “Te compro cabello, mami. Te quitamos sólo volumen y a buen precio…”, repiten.
Caminan de un lado a otro en busca de sus presas. El hambre y la falta de oportunidades laborales empujan a las mujeres venezolanas a cruzar la frontera.
Una vez captadas y convencidas las conducen a las migrantes  al sector La Parada, ubicado a pocos metros del puente. Allí contactan a la cabecilla del clan. Ella es la que decide cuántos pesos pueden pagar.
Para ello utiliza ciertos parámetros de valoración como la calidad, el largo y lo abundante. El precio varía si es liso, ondulado o rizado, refieren medios locales. Denuncian que pagan precios irrisorios, pues se valen de las necesidades que sufren las venezolanas.

Cabello por comida

Allí las sientan en un banco, debajo de unos árboles y se materializa el despojo. La escasez de productos de higiene personal y el alto costo de champú y enjuague facilitan que las venezolanas tomen la decisión.
Las niñas venezolanas también son víctimas de la mafia del cabello en Cúcuta. Foto: @laopinioncucuta
Entre los arrastradores se encuentran hombres colombianos y venezolanos que trabajan por comisión. Obtienen un porcentaje por la compra-venta del pelo. Otros “vale pie” gritan sus ofertas y entregan volantes.Cabello Notitarde
Algunas madresllevan a sus niñas. Admiten que con el dinero que obtienen lo cambian por comida en Cúcuta. Unas compran un pasaje con destino a Perú o Ecuador. Otras regresan a Venezuela.
El negocio es tan lucrativo que una peluca de cabello natural puede llegar a costar hasta cuatro millones de pesos. Siempre y cuando no tengan horquetillas, ni tinte, el precio puede alcanzar los 120.000 pesos.
Debajo de árboles se compra y se venden los mechones de cabello en Cúcuta. Foto: Redes
En la tarde llegan los intermediarios quienes compran al por mayor los mechones o moños de pelo. Los llevan a fábricas informales de pelucas y de allí salen al exterior. Damas de distintos continentes adquieren por vanidad las pelucas para cambiar su aspecto. Jamás sabrán que llevan consigo el cabello de las menesterosas jóvenes venezolanas.
El pasado fin de semana las autoridades colombianas desalojaron unos tarantines conde trabajaban las peluqueras. La mafia se nutre de unas 50 “estilistas” afrodescendientes. La mayoría son oriundas del Valle del Cauca y otras poblaciones del pacífico colombiano.
Se muestran agresivas cuando los gendarmes intentan controlar la ilícita actividad. El negocio tiende a florecer en la medida en que arriban más venezolanas. Por ello la competencia entre cortadores de cabello también aumenta. Algunos se promocionan a través de Internet.

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