Cuando el Cicpc lo comenzó a investigar, como sospechoso, halló elementos de interés criminalístico que concluyeron en la solicitud de su captura, tal como lo informó PANORAMA.
“Salim frecuentaba los callejones aledaños a un instituto de educación superior en el casco central. Estacionaba su vehículo y en el vidrio se veía una tablilla de taxi”, contaron funcionarios de ese organismo de investigación criminal.
Era el entorno en el que se movía el árabe: el centro de Maracaibo. Allí conoció y contactó al papá de María, un vendedor de jugos.
“Salim estuvo hospedado en un hotel en la avenida Las Delicias. Pagaba
40 mil bolívares por día, pero buscaba algo más económico”, agregaron funcionarios policiales.
40 mil bolívares por día, pero buscaba algo más económico”, agregaron funcionarios policiales.
Muy cerca del hotel estaba una casa desocupada y en ella funcionaba un taller. Con su particular verbo se ganó la confianza de los mecánicos. Al dueño lo convenció para que le alquilara la vivienda.
“Cada mañana bajaba y nos daba café, era muy conversador... Decía que tenía negocios, almacenes en el centro, taxis. Lo que comentaba no se correspondía con su situación, vivir alquilado en un taller”, comentaron quienes lo conocieron.
Una madrugada, Salim abandonó esa vivienda. “No entregó ni las llaves. Se fue con una deuda de un millón de bolívares a su arrendador y 200 mil bolívares a un mecánico”, agregaron funcionarios.
Una madrugada, Salim abandonó esa vivienda. “No entregó ni las llaves. Se fue con una deuda de un millón de bolívares a su arrendador y 200 mil bolívares a un mecánico”, agregaron funcionarios.
De allí se movió al barrio San Sebastián, al sur de la ciudad. Alquiló otra casa, se ganó la confianza del vecindario rápidamente. “Se encargó que todos supieran que era un comerciante. Decía que manejaba dinero, vendía cigarrillos y otros artículos a sus vecinos”, comentaron algunos.
La casa del sector San Sebastián la conoció María Reyes. Fuentes del Cicpc ratificaron, después de un allanamiento y entrevistas a los vecinos que, “en efecto, María estuvo el 1 de marzo en el barrio San Sebastián”.
En esa barriada lo llamaban ‘El Turco’. “Pasaba como inofensivo. Varias muchachas de la zona hicieron amistad con su hijo. Así como llegó, se fue... Justo después de la desaparición de la estudiante de LUZ”, agregaron.
Desocupó la casa, no dejó nada y una madrugada partió. “Se fue debiendo dinero a varios de por aquí”, dijeron los vecinos.
Salim también habría dejado deudas en el mercado Las Pulgas, otro sitio que frecuentaba.
De acuerdo con los rastros de la telefonía, fue cerca del malecón el último lugar donde estuvo activo el celular de María.
“Ya tiene un antecedente por violencia sexual y estamos investigando en qué circunstancias ocurrió este hecho”, reveló una fuente que sigue de cerca el caso.
“Ya tiene un antecedente por violencia sexual y estamos investigando en qué circunstancias ocurrió este hecho”, reveló una fuente que sigue de cerca el caso.
El registro previo quedó en el radar de los funcionarios del Cicpc que se mueven en la investigación atando los rastros que dejó el árabe en las zonas donde se desplazaba: siempre cerca del centro de Maracaibo.
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