En la oficina del Registro Principal de Caracas, localizado en la avenida Urdaneta, ciudadanos esperan desde las 8:00 pm del día anterior para realizar los trámites de registro, legalización y apostillado de sus documentos. La mayoría expresa con resignación sus intenciones de salir de país en busca de oportunidades ante el colapso de la economía y la desmejora en la calidad de vida.
“Lo veo como la última cola que voy a hacer, el último sacrificio para lograr un mejor futuro”, expresa con sonrisa tímida Ana Juárez, recién de graduada de Ingeniería Civil, quien tomó la decisión de emigrar luego de la instalación de la asamblea nacional constituyente y ante la insistencia de sus compañeros de graduación radicados desde hace un año en Argentina.
Cola para un sueño
De las cuatro filas que se forman a diario, la de partidas de nacimiento es la más larga. Al día 1.200 personas son atendidas, según cálculos de funcionarios de seguridad, un repunte de 50% respecto a enero de 2017, cuando se recibían alrededor de 600 solicitudes diariamente. Las colas de más de 300 metros, que en el peor de los días abarca casi dos cuadras y media, se mantienen casi inalteradas desde la madrugada hasta la hora de cierre de la dependencia administrativa a las 4:00 pm; muchos se exponen a los riesgos de seguridad que suponen la pernocta en el centro de Caracas. Sin embargo, es esta una de las causas principales que esgrimen quienes esperan ser atendidos sentados en el piso, leyendo un libro o sacando conversación con el vecino de fila.
“El año pasado me robaron cuatro veces en la camioneta cuando iba o venía de mi trabajo, ya no tengo nada que perder”, afirmó Luis Ortega, analista de sistemas en una institución bancaria y quien, pese a que aún no ha definido destino, espera salir del país en los próximos dos meses.
En total pueden ser más de 16 horas, en promedio, las que una persona puede demorar solo para iniciar el trámite en la oficina del Saren, distribuidas en 10 horas a la espera de ingresar y las 6 horas que se puede tardar la ubicación de, por ejemplo, el acta de nacimiento. A este tiempo hay que sumarle otras 4 horas que se demora el retiro de las certificaciones.
“Llevo tres días sin dormir bien, pero ya creo que hoy termino este proceso”, dice aliviada Michelle Zárate, enfermera, quien tiene intenciones de dejar el país junto con su esposo como fórmula para poder establecer familia. “Decidí emigrar porque aquí es imposible tener hijos, no nos queremos ir del país, pero con la constituyente vemos todo perdido. Ya solo me falta retirar el título que es a lo que vine”, agrega.
La situación es más grave en los registros principales de La Asunción, Barquisimeto, San Cristóbal, Maracay, Maracaibo, Los Teques, Maturín y Coro, donde las fallas del sistema agregan más tiempo y tedio al proceso, por lo que la espera puede ser de semanas a un mes y medio. En Mérida las citas para apostillar están suspendidas.
La mayoría de los presentes en las colas mantienen el ánimo inspirados en la posibilidad de conquistar un nuevo amanecer, aunque el precio les quite el sueño eventualmente.
El dato
En la sede de la avenida Urdaneta se procesan legalizaciones de documentos como partidas de nacimiento, actas de matrimonio, y registro y apostillado de títulos universitarios para residentes de Distrito Capital, Vargas y Delta Amacuro; en el resto del país se debe acudir a agencias regionales del Saren. En Caracas todas las certificaciones son entregadas en 24 horas, el proceso se divide en dos fases: el primer día para solicitud, consignación y pago de aranceles y el segundo día para retiro del documento legalizado. La obtención de los antecedentes penales se realiza a través del portal web del Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz.
Fuente: El Nacional
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