Cronicas del Socialismo del Siglo XXI

Mi Venezuela, mí adorado tormento; como me encanta el sol que baña tus playas de Choroní, como me encanta el pico el águila, el pico Bolívar, la inmensidad de tu llano, la hermosura de tu gran sabana, los médanos de coro; ¿en qué te han convertido mí Venezuela? En un país lleno de miseria donde la gente protesta porque no tiene que comer; aun así como te amo mi pequeña Venecia. Este año si se va.
“Este año si se va”; recuerdo la primera vez que pronuncié esa frase por aquel lejano 31 de diciembre del 2001; después del éxito del paro del 10 de diciembre convocado por Fedecamaras; ya se aglutinaban fuerza contra un gobierno que daba señas de sacar garras de tiranía; en vano llore los muertos de aquel 11 de abril, oportunidad desperdiciada ante la insensatez de los golpistas de querer revertir todas las acciones del líder de la revolución. En diciembre del 2002 en medio un paro petrolero en dimensiones mucho mayores a la del año 1936 marche y volví a decir “este año si se va”; después de dos meses de acciones fallidas ese año no se fue.
En medio de una sociedad que hacía cada vez más violenta e insensata recogimos firmas en un par de veces en el año 2003 para poder activar el referéndum revocatorio y volví a decir “este año si se va”; pero nuevamente fue en vano todas las acciones porque el pueblo en una acto sórdido ratifico aquel 15 de agosto del 2004 al dictador disfrazándolo de demócrata. En el año 2006 casi sin animo volví a decir “este año si se va” con un candidato presidencial opositor insípido; nuevamente se volvió a bañar de democracia el dictador carismático.
El 2 de diciembre del 2007 saboreamos la primera victoria en muchos años diciéndole que no al cambio de constitución propuesto por el neo dictador, me permitió decir que en los próximos años si se haría; sin embargo la victoria fue burlada por el tirano fascista al imponer la reforma que fue negada por el pueblo mediante decretos presidenciales y así se fueron gastando los años hasta llegar a aquel 7 de octubre del 2012 ante un candidato opositor incansable que hizo todo lo posible para ganar la contienda electoral; sin embargo el carismático líder volvió a resultar vencedor y me quede con las ganas de decir “este año si se va”.
En aquel 2013 por medio de una enfermedad logre decir “este año si se fue”, lo que no pudimos hacer mediante los votos lo hizo la justicia divina; pero dejó su sucesor; un hijo de peor calaña, carente de carisma y de inteligencia, generando un caos destructivo sin precedente, escasez, delincuencia, inflación y un éxodo jamás existido en nuestra patria fue el resultado del heredero. Mis “este año si se va” se hicieron más frecuentes; el primero de ellos ante las elecciones fraudulentas del 12 de abril del 2013; la primera oportunidad fallida; luche a favor del candidato pusilánime que se quedó de brazos cruzados ante  el robo de su elección.
Llegamos al año 2014; marche, guarimbie y tragué gas del bueno; como nunca repetí dentro de mi “este año si se va”; después de 4 meses; 43 venezolanos muertos, 486 heridos y 1854 detenido fue el resultado de una batalla nunca antes vista en nuestro país; el pueblo se cansó en su lucha y no se alcanzó el objetivo de decir “este año si se va”. En el 2015 logramos ganar la mayoría en la Asamblea Nacional y volví a decir “este año si se va”; durante todo el año 2016 estuvimos a la espera de un referéndum revocatorio con la esperanza de sacar al dictador en potencia, frustraron nuestras esperanzas con las triquiñuelas de la reina descarada del Centro Nacional Electoral; esperamos hasta un convulsivo 2017 donde marchamos mucho más y tragamos más humo que nunca, 135 venezolanos dejaron de existir en las protestas; el objetivo de cada día era decir “este año si se va”, el epopéyico esfuerzo se fue apagando poco a poco ante una oposición sin rumbo y el último descaro de la dictadura una Asamblea Nacional Constituyente que nadie solicitó y genero apatía en los manifestantes, este año no se fue.
Llegamos a un 2018 donde sobran las razones para decir “este año si se va”; con una crisis inédita; donde nuestros niños mueren en los hospitales o por hambre y nuestros ancianos no consiguen medicina y solo les queda rezar para que el deceso no los alcance; una hiperinflación jamás conocida en nuestras tierras y un rechazo del dictador y sus secuaces por parte de la gran mayoría acompañaran estos días; sin embargo hoy en día existe una falta el ánimo para decir “este año si se va” y cómo no hacerlo después de tanto tiempo, después de tantas luchas sin victorias. El 2018 es un año de elecciones donde fácilmente podemos alcanzar el objetivos de decir “este años si se va”, pero sobra la desconfianza después de la trilogía de pantomimas del 2017 (Elecciones de ANC, de gobernadores y alcaldes) indicando que se realizaran elecciones mediante un mega fraude. Por la grave crisis económica me atrevería a pronosticar que el 2018 será una año de luchas apoteósicas mucho más grande que las del 2014 o 2017 y que me encantaría estar de frente participando en ellas; pero como me atrevería a decir que el resultado no sería el mismo de años anteriores.
Por eso me cuesta tanto decir “este año si se va”; tal vez me vaya yo porque al fin y al cabo debo pensar en mis hijos y en mi futuro; como me cuesta dejarte mi amada Venezuela, como me duele decir “este año si me voy”.
31 de diciembre del 2017
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