Dos mujeres, un niño y un hombre en viviendas de Central Tacarigua
Los mataron a machetazos y luego los quemaron
Sucesos, 9 julio 2017/ Ana M. Ramos López
Notitarde.- Un niño de dos años, dos mujeres y un hombre fueron asesinados a machetazos y luego carbonizados, mientras otra femenina resultó herida en una masacre ocurrida dentro de una humilde vivienda en la invasión Pinzón Herrera, parroquia Central Tacarigua del municipio Carlos Arvelo, aproximadamente a las 4:00 de la mañana del domingo.
Las víctimas quedaron identificadas por las autoridades policiales como Yusdisley Desireé Ruiz (18), madre del pequeño, su cuñada Elizabeth Andreína Bello Henríquez (28) y su vecino Óscar Antonio Barreto (60). Mientras que Petra Guillermina Ruiz, de 46 años, madre de Yusdisley, resultó herida y fue trasladada a un centro médico.
De acuerdo con la versión policial, la noche del sábado se celebraba una "fiesta pick up" cerca del lugar donde ocurrió el hecho. A la festividad callejera asistieron Ruiz y Bello. Transcurría la noche y en la madrugada, por razones que son investigadas, sostuvieron una discusión con un grupo de hombres.
Las dos mujeres se retiraron del lugar y decidieron irse a su casa, una vivienda improvisada que está frente a la calle 5 de Julio, pero fueron perseguidas por los sujetos con los que habían tenido el altercado en la fiesta.
Yusdisley y Elizabeth se encerraron en el inmueble, pero los agresores irrumpieron en el rancho al derribar la puerta de lata. No tardaron mucho tiempo en encontrarlas en ese reducido espacio.
Ambas estaban en la cama con el menor de edad y allí fueron atacadas a machetazos, en el hecho también fue ultimado el niño. Hubo una sola sobreviviente, Petra Ruiz, quien aprovechó un breve descuido de los maleantes para huir, sin embargo, ella también resultó herida por el arma blanca.
Luego de cometer el crimen, los sujetos incendiaron la humilde vivienda para no dejar evidencias.
Los gritos y la alteración de las víctimas llamaron la atención de Óscar Barreto, un habitante que se desempeñaba como vigilante y que vivía a pocos metros del lugar donde se perpetró el triple crimen.
Barreto salió para tratar de auxiliar a las mujeres sin tener muy claro lo que estaba sucediendo. Cuando se acercó vio a los asesinos con machete en mano. Solo le dio tiempo de correr a su casa, fue alcanzado por los homicidas, quienes le amputaron las piernas y luego lo incendiaron dentro de la vivienda.
Pese a que los habitantes más cercanos se percataron de lo que estaba ocurriendo, nadie se atrevió a salir. Fue a las 6:00 a.m. de ayer que un familiar se enteró de lo ocurrido. Se trata del esposo de Elizabeth Bello, quien luego de terminar su jornada laboral como vigilante se dirigió hacia la casa en la que también residía y se encontró con la tragedia familiar.
La autopsia determinará si los sujetos lograron amputarle los miembros inferiores a las dos mujeres y si él bebé también fue atacado de esa manera. Al lugar llegaron funcionarios del eje de homicidios de la base de Carlos Arvelo del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) con el apoyo de efectivos de la subdelegación Valencia.
También estuvo una comisión del Cuerpo de Bomberos Carabobo al mando del capitán José Espósito, primer comandante de ese organismo regional y el teniente coronel Oswaldo Henríquez, comandante de Bomberos Carlos Arvelo. Ambas dependencias sofocaron las llamas.
Del rancho solo quedaron las latas de zinc quemadas, resortes del colchón y otros artículos del hogar. Los familiares no dieron información. Se negaron por temor a ser víctimas de represalias.
En medio de llanto y dolor, la abuela paterna del menor de dos años gritaba: "¡Misericordia, Dios mío! Él era un niño, no le hizo nada a nadie. Era una familia sana, eran muy humildes!". Sobre la actividad laboral que desempeñaban las víctimas, se conoció que Elizabeth Bello laboraba como supervisora de personal de seguridad en un tecnológico ubicado en el municipio San Diego, tenía unos cuatro meses viviendo en el sector.
Los vecinos tampoco ofrecieron detalles de lo ocurrido, personas que se acercaban al lugar solo se atrevían a emitir clamores de justicia para esta familia. También se refirieron a la inseguridad que azota el lugar.
La policía científica no descarta ninguna hipótesis, uno de los móviles investigados es la venganza. Los asesinos son habitantes de Pinzón Herrera, pero no ofrecieron mayores detalles para no entorpecer el curso de las averiguaciones.
Las víctimas quedaron identificadas por las autoridades policiales como Yusdisley Desireé Ruiz (18), madre del pequeño, su cuñada Elizabeth Andreína Bello Henríquez (28) y su vecino Óscar Antonio Barreto (60). Mientras que Petra Guillermina Ruiz, de 46 años, madre de Yusdisley, resultó herida y fue trasladada a un centro médico.
De acuerdo con la versión policial, la noche del sábado se celebraba una "fiesta pick up" cerca del lugar donde ocurrió el hecho. A la festividad callejera asistieron Ruiz y Bello. Transcurría la noche y en la madrugada, por razones que son investigadas, sostuvieron una discusión con un grupo de hombres.
Las dos mujeres se retiraron del lugar y decidieron irse a su casa, una vivienda improvisada que está frente a la calle 5 de Julio, pero fueron perseguidas por los sujetos con los que habían tenido el altercado en la fiesta.
Yusdisley y Elizabeth se encerraron en el inmueble, pero los agresores irrumpieron en el rancho al derribar la puerta de lata. No tardaron mucho tiempo en encontrarlas en ese reducido espacio.
Ambas estaban en la cama con el menor de edad y allí fueron atacadas a machetazos, en el hecho también fue ultimado el niño. Hubo una sola sobreviviente, Petra Ruiz, quien aprovechó un breve descuido de los maleantes para huir, sin embargo, ella también resultó herida por el arma blanca.
Luego de cometer el crimen, los sujetos incendiaron la humilde vivienda para no dejar evidencias.
Los gritos y la alteración de las víctimas llamaron la atención de Óscar Barreto, un habitante que se desempeñaba como vigilante y que vivía a pocos metros del lugar donde se perpetró el triple crimen.
Barreto salió para tratar de auxiliar a las mujeres sin tener muy claro lo que estaba sucediendo. Cuando se acercó vio a los asesinos con machete en mano. Solo le dio tiempo de correr a su casa, fue alcanzado por los homicidas, quienes le amputaron las piernas y luego lo incendiaron dentro de la vivienda.
Pese a que los habitantes más cercanos se percataron de lo que estaba ocurriendo, nadie se atrevió a salir. Fue a las 6:00 a.m. de ayer que un familiar se enteró de lo ocurrido. Se trata del esposo de Elizabeth Bello, quien luego de terminar su jornada laboral como vigilante se dirigió hacia la casa en la que también residía y se encontró con la tragedia familiar.
La autopsia determinará si los sujetos lograron amputarle los miembros inferiores a las dos mujeres y si él bebé también fue atacado de esa manera. Al lugar llegaron funcionarios del eje de homicidios de la base de Carlos Arvelo del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) con el apoyo de efectivos de la subdelegación Valencia.
También estuvo una comisión del Cuerpo de Bomberos Carabobo al mando del capitán José Espósito, primer comandante de ese organismo regional y el teniente coronel Oswaldo Henríquez, comandante de Bomberos Carlos Arvelo. Ambas dependencias sofocaron las llamas.
Del rancho solo quedaron las latas de zinc quemadas, resortes del colchón y otros artículos del hogar. Los familiares no dieron información. Se negaron por temor a ser víctimas de represalias.
En medio de llanto y dolor, la abuela paterna del menor de dos años gritaba: "¡Misericordia, Dios mío! Él era un niño, no le hizo nada a nadie. Era una familia sana, eran muy humildes!". Sobre la actividad laboral que desempeñaban las víctimas, se conoció que Elizabeth Bello laboraba como supervisora de personal de seguridad en un tecnológico ubicado en el municipio San Diego, tenía unos cuatro meses viviendo en el sector.
Los vecinos tampoco ofrecieron detalles de lo ocurrido, personas que se acercaban al lugar solo se atrevían a emitir clamores de justicia para esta familia. También se refirieron a la inseguridad que azota el lugar.
La policía científica no descarta ninguna hipótesis, uno de los móviles investigados es la venganza. Los asesinos son habitantes de Pinzón Herrera, pero no ofrecieron mayores detalles para no entorpecer el curso de las averiguaciones.
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