Túa desde hace unos 11 años arrendó un lote de terrenos para sembrar diferentes rubros agrícolas, junto a sus familiares. En el mismo espacio construyó un rancho donde vive junto a sus tres hijos y abuelo, siendo esa labor su único ingreso de dinero.
Ante eso, los anteriores dueños del terreno como una estrategia para desalojarla de sus tierras, se deshicieron de la cosecha de caraota que la familia de Túa había sembrado , puesto que el abandono de las tierras puede revocar el Título de Garantía.
No obstante, Túa continúo en aquel espacio sembrando otros rubros. Para su sorpresa, el 15 de este mes recibió una visita no amistosa del terrateniente, quien llegó junto a un grupo de hombres.
Cuando entraron a la casa se encontraba Aurora Ramos junto a sus nietos (los tres hijos de Erika Túa). “Ellos llegaron encapuchados para que no los reconociéramos”, comentó Ramos.
Túa explicó que en ese momento no estaba en su casa, porque se encontraba denunciando la quema que anteriormente habían efectuado en las tierras, ya que esa acción le puedía cancelar el contrato.
Recibió una llamada de su madre, quien la alertó de los ciudadanos que intentaron ingresar a la fuerza. “Cuando llego a la casa me encuentro a mis tres hijos corriendo (menores de edad) y me decían ‘están intentando matar a la abuela’. Corrí desesperada y los encontré arrastrando a mi madre con una soga al cuello, como un animal, mientras la pateaban”.
La hija de aquella madre maltrata fue atacada de la misma manera que su progenitora. Fue un intento de asesinato mediante el ahorcamiento. Afortunadamente al sitio llegó el hermano de la afectada junto a un grupo de amigos y lograron salvarlas, no obstantes los agresores se escaparon.
“Fue un agresión física y verbal. Al momento que se fueron nos amenazaron con matarnos si volvíamos a la zona. Incluso dañaron parte de la casa para simular que aquel ataque fue un robo”, aseveró Túa.
Por otro lado, detallaron que dentro del grupo de los agresores se encontraba un ciudadano cubano.
Según el diagnóstico médico, se presentó un traumatismo generalizado en gran parte del cuerpo de las lesionadas.
Su abogado, Jonathan Méndez alega que cuando las afectadas se dirigieron al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, no obtuvieron ninguna respuesta o solución correspondiente, “simplemente se limpiaron las manos. Esa gente tiene dinero y compraron al tribunal de la zona a su favor”.
El llamado es hacia los órganos competentes de la violencia hacíala mujer: “ Que se aboquen a exigir la justicia ante este intento de homicidio. Si aquel hermano no hubiese llegado a auxiliarlos, la noticia fuese diferente y ellas no estarían vivas para contarlo”, expresó Méndez.
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