Rafael Fernández ejercía su profesión desde hace más de 20 años y era entrenador de niños en beisbol. “Sus únicas armas fueron siempre un bate y una pelota en mano”, cuenta un colega; mientras una de sus alumnas de la UEN Julián Mellado, lo recuerda como “el profe de educación física más pana y sonriente. Luchador, humilde, trabajador y honrado”.
Entre lágrimas y vecinos consternados, la madre de Rafael Fernández cuenta que la madrugada del martes 3 de mayo, su hijo fue sorprendido en el patio de su casa por “El Picure”, horas después de que el delincuente lograra escapar de los primeros enfrentamientos entre la banda y funcionarios de seguridad, en La Charneca. Fernández residía en el sector donde ocurrieron los hechos.
Cayeron otros dos inocentes
Publicado en El Nacional.- Stalin Fernández y Oswaldo Borges también murieron durante el operativo contra “El Picure”. Según sus allegados, no pertenecían a la organización delictiva de Tovar Colina. Stalin Fernández era sobrino de Rafael Fernández. Ambos vivían en la urbanización Juan Ángel Bravo, en El Sombrero. De acuerdo con uno de sus familiares, que se mantuvo en el anonimato, el martes en la tarde “El Picure” se había introducido en su residencia así como en varias casas vecinas para intentar evadir a los cuerpos de seguridad.
Borges trabajaba como coordinador de la Superintendencia de Precios Justos de la región.
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