Lo que es tener un cerebro manejable!Klara Mauerova REPÚBLICA CHECA
LA CANIVAL CHECA
Una mujer de 31 años oriunda de República Checa reconoció ante un Tribunal de ese país que maltrató, torturó e incluso comió partes de los cuerpos de sus dos pequeños hijos, de ocho y nueve años, a los que mantuvo encerrados durante un año en una jaula en el sótano de su casa.Si bien el caso -ocurrido en la ciudad checa de Kurim- se conoció hace un año, recién ahora un juez, Pavel Göth, leyó públicamente las declaraciones de Klara Mauerová, de 31 años, que junto a su hermana Karina y otras tres personas está acusada de torturar a sus hijos Ondrej y Jakub.
Según se pudo determinar, todos ellos pertenecían a una secta que solía practicar canibalismo y recibían órdenes de un líder del que sólo se conoce que se hacía llamar “Doctor”, se comunicaba con ellos sólo por mensajes de texto y les decía que, como los niños eran “malcriados”, lo debían hacer por su bien.
Supuestamente este “doctor” instruía a Klara, vía SMS, sobre cómo debía hacer para cambiar el comportamiento de los niños, según informa el sitio Radio Praga.
Sin embargo, la mujer acusó ante el Tribunal de Brno a otra integrante de la secta, Barbora Skrlová, de 33 años, de haberle “lavado el cerebro”. “Pasaron cosas terribles. Ahora me doy cuenta y no puedo entender cómo dejé que pasen”, declaró la madre de los menores. Los pequeños fueron rescatados luego de que un vecino encontró un video donde estaba grabado cómo los torturaban, los quemaban vivos, los mantenían atados y les arrancaban partes de la piel para luego comerlas.
El caso fue descubierto por casualidad el 7 de mayo de 2007. El vecino de Klára Mauerová conectó en su casa la cámara vigila bebés cuando de repente apareció en la pantalla la imagen de un niño desnudo y atado, encerrado en un sótano. El hombre reconoció al hijo de su vecina y llamó a la Policía.
Cuando la policía llegó al lugar, encontraron a Barbora encerrada en una jaula con los pequeños. La mujer estaba con un osito en las manos y les dijo que se llamaba Anika, que tenía sólo doce años y que era una hija adoptiva de la familia Mauerová. Poco después, esa mujer escapó a Noruega, donde bajo otra falsa identidad (decía llamarse Adam y tener 13 años) se inscribió y concurría desde septiembre de 2007 a la escuela primaria. Allí fue detenida y ya se encuentra en República Checa donde es juzgada por el caso. Según el psiquiatra Zdenek Basný, los cambios de identidad en realidad se deben a que la mujer sufre una grave aberración mental.
“Toda la historia de Barbora Skrlova está rodeada de un enigma en el que ella participa de manera extraña. No existe una clara explicación, pero si debiera dar una hipótesis, diría que se trata de una disociación psíquica grave con perturbación de identidad”, opinó Basný. Barbora –que sería la testigo clave para resolver el caso- conoció a Karina Mauerová, la tía de los pequeños que también participaba de las torturas, mientras estudiaba en la universidad.
La Justicia checa sospecha que se trata de un extenso movimiento sectario organizado por el padre de Barbora, Josef Skrlova, y que sólo ella podría aclarar todo el caso. Sin embargo, no se sabe si el cambio de identidad fue consciente, como participante activa de la secta y que también torturaba a los menores, o si se trató de otra víctima.
Tanto Klara Mauerova (la madre de los chicos), Karina Mauerova (la tía) como Barbora Skrlova (la falsa hermana que decía tener 12 años y habría metido a todos en la secta) y otras tres personas están detenidas bajo prisión preventiva mientras continúa el juicio por el que podrían ser condenados a 12 años de prisión, según informó Vladimir Kutnohorsky, vocero de la Fiscalía de Brno.
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