El Narcosatánico y La Madrina”
También conocido como “Narcosatánico de Matamoros”, Adolfo de Jesús Constanzo fue un asesino serial y líder de la famosa secta de “Los Narcosatánicos”, un grupo que se dedicó a realizar sacrificios humanos y almacenar y distribuir droga en el norte de México.Constanzo se asentó en el rancho Santa Elena, en Matamoros, Tamaulipas, para realizar sus rituale, y para almacenar y distribuir marihuana. Pero en 1989 un joven de 22 años fue detenido mientras transportaba 10 kilos de marihuana, después de ser interrogado, confesaría que era parte de una secta y llevó a los policías hasta el rancho.
Tiempo después se sabría porque en el rancho había un caldero de hierro con sangre humana seca, un cerebro humano y botellas de aguardiente entre otras cosas. Alrededor del rancho también se encontró una fosa común con 12 cadáveres descuartizados a los que les fatlaba el corazón y el cerebro.
A “El Narcosatánico” se unió Sara Villareal Aldrete “La Madrina” quien también fungía como sacerdotisa. Cuando fue arrestada reveló que en los rituales primero se torturaba a las víctimas pues para que esta “magia” funcionara las personas sacrificadas debían temer al verdugo.
Una vez torturados, se colocaba en el caldero la sangre de la persona, el cerebro y algunos miembros mutilados. La persona que deseaba la protección de este ritual debía beber la “sopa” del caldero. Otras formas de asesinarlos consistieron ahogarlos en agua hirviendo mientras estaban colgados del cuello y les cortaban los pezones; o después cortarles el pene, piernas y dedos, cortaban el tórax de la victima con un machete y mordían su corazón mientras éste agonizaba.
Cuando el joven de 22 años fue detenido, comenzó la búsqueda de Adolfo Constanzo, Sara Villareal Aldrete y sus demás cómplices. Esta terminaría el 6 de mayo de 1989 en la calle Río Sena de la Ciudad de México. Ese día la policía cercó el refugio de los “Narcosatánicos”. Antes de ser detenido, “El Narcosatánico” le pidió a uno de sus seguidores que lo matara. De las 15 personas que se encontraban ahí, sólo tres fueron encontrados con vida. Sara Villareal Aldrete cumple una condena de 647 años en el Centro de Reinserción Femenil de Tepic, Nayarit.
0 Comentarios